Desde siglos, el ser humano se ha nutrido de frutos secos, encontrando en estos alimentos las calorías y fuentes energéticas necesarias para sus necesidades biológicas y superar los cambios climáticos de las estaciones, garantizando, al mismo tiempo, la ingesta necesaria de proteínas de alto valor biológico. Por ello, la sociedad humana -de todas las latitudes, y especialmente las que se han formado en torno al Mediterráneo-, estará siempre en deuda con estos sencillos alimentos, que se consumen sin ninguna clase de justificación, para complementar la dieta diaria, mejorando nuestra calidad de vida, en todos los sentidos.
Gracias al valor energético de los frutos secos, situado entre los 500 y 700 kcal/100 g, son alimentos especialmente recomendados para quienes realizan esfuerzos intelectuales o físicos que requieren un alto rendimiento y una actividad intensa; pero también debemos procurar un consumo moderado, especialmente las personas que padecen de sobrepeso u obesidad. En 2006, según datos realizados por la OMS, cerca de tres millones de personas fallecieron en el mundo por no consumir fruta y verdura.
Queremos recordar que algunos árboles o arbustos, que proporcionan estos alimentos producen unas semillas para multiplicarse que contienen más reservas alimenticias y sustancias nutritivas que la fruta fresca



Ricos en fibras, proteínas y minerales
Aporte de grasas insaturadas, proteínas de origen vegetal, fibra, vitaminas y minerales como magnesio, potasio, calcio, fósforo, hierro o zinc. Consumirlos regularmente puede reducir el riesgo de cáncer. El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer aconseja su consumo en su versión natural y sin sal añadida. Ayudan a controlar los niveles de glucosa en pacientes con diabetes tipo 2.
Se asocia a un menor riesgo de aumento de peso y ayuda a prevenir enfermedades como la obesidad. Si se consumen como se recomienda, el efecto es justo el contrario al que se podría pensar, ya que esa gran cantidad de grasas buenas tienen un potente efecto saciante en nuestro organismo y desplaza a otro tipo de alimentos menos saludables.
Gracias a su contenido en grasas saludables insaturadas y en ácidos grasos Omega 3, nos ayudan a reducir los niveles de “colesterol malo” y aumentar el “bueno” y a prevenir enfermedades cardiovasculares.



Las propiedades de los frutos secos
Son fuente de minerales. Aportan magnesio, fósforo, potasio, calcio, hierro y oligoelementos como el zinc y el selenio, con propiedades antioxidantes.
Es importante su gran aporte vitamínico. Son ricos en vitaminas como B1, B3 o folatos. También constituyen una de las fuentes vegetales más abundantes en vitamina E, también con carácter antioxidante.
Son ricos en grasas saludables. A los frutos secos se les atribuyen propiedades cardiosaludables por tener un alto contenido en grasas mono- y poliinsaturadas, destacamos el ácido oleico, el linoleico (omega 6) y linolénico (omega 3). Estos últimos son ácidos grasos esenciales para el organismo.
Aportan proteína vegetal. Hace que los frutos secos sean alimentos idóneos, en cantidades moderadas, para tomar después de la realización de ejercicio físico.
Son ricos en fibra. Su consumo ayuda a controlar el apetito y a regular el tránsito intestinal. También se asocia a una disminución de los niveles de colesterol al interferir en su absorción a nivel intestinal.
Y que esperas para añadirlo a tu dieta diaria.